¿Se puede echar a un inquilino por necesitar el piso?
Publicado: Lunes, 01 Julio 2024
Si eres arrendador y necesitas de vuelta la propiedad para que tú o tus familiares directos vivan en ella, es importante decir que, efectivamente se puede echar a un inquilino por necesitar el piso. No obstante, este proceso no puede ser arbitrario. Por el contrario, debe seguir un marco legal para llegar a buenos términos ¿Quieres saber cómo es? Te lo explicamos a continuación.
¿Cómo echar a un inquilino de un piso por necesidad legalmente?
Según lo establecido por el marco legal vigente, para desalojar a un inquilino por necesidad de vivienda por parte del propietario es necesario cumplir con varios requisitos.
En primer lugar, debe haber un plazo mínimo de uso en el que el inquilino debe estar ocupando el piso, también se debe demostrar de forma irrefutable la necesidad de retomar la vivienda por parte del dueño para vivir en ella. Asimismo, es necesario que se notifique con un tiempo prudencial al arrendatario sobre esta necesidad surgida.
Entonces, se puede echar a un inquilino por necesitar el piso, pero es vital darle al juez un motivo comprobable y razonable, en este caso, la necesidad de vivienda por parte del dueño o de sus familiares en primer grado. En especial, porque la justicia española contempla los derechos del inquilino frente al desalojo arbitrario y los del propietario de recuperar su casa. Por tanto, cualquier negativa de abandonar la propiedad o acción de desalojo arbitrario traerá consecuencias adversas para cada parte.
Requisitos
Respecto a este tipo de situaciones en las que el propietario necesita echar a un inquilino por necesitar la propiedad, la ley de arrendamientos urbanos establece que como mínimo se deben cumplir estas condiciones para considerarlo válido:
La solicitud de desalojo por necesidad debe estar justificada y no puede ser alegada por algún capricho o por otra razón distinta a la de recuperar la vivienda para hacerla residencia habitual.
Es importante que el contrato de arrendamiento haya cumplido un mínimo de cinco años. De igual manera, debe notificarse al inquilino de este desalojo por necesidad con un mínimo de seis meses de antelación. Vale decir que, si el arrendador es una persona jurídica, el tiempo mínimo de contrato cumplido es de siete años.
Además, se puede presentar el caso de que se deba indemnizar al inquilino por el desalojo.
¿Cuál es el procedimiento para echar a un inquilino por reclamación de uso de vivienda?
Tal como lo venimos expresando, se puede echar a un inquilino por necesitar el piso, y a propósito de esto, su proceso, una vez cumplido con los requisitos principales es relativamente sencillo:
Una vez realizado el preaviso y reunidas las pruebas suficientes para demostrar la necesidad de habitar la vivienda, se debe presentar la solicitud ante el tribunal competente.
La idea es que este medie entre las partes buscando el balance entre los derechos del inquilino ante posibles desalojos arbitrarios y los del propietario a recuperar la vivienda por necesidad.
Vale decir que los motivos para recuperar la propiedad se pueden fundamentar en la necesidad del propietario de usarla como vivienda o de sus familiares de primer grado de consanguinidad.
Por el contrario, no debe ser un procedimiento instaurado de mala fe o solo por recuperar la propiedad como un capricho.
Una vez recibida la solicitud, el juez revisará la documentación. Entre ellas, el contrato de arrendamiento para verificar que no haya ambigüedades y que las circunstancias argumentadas por el solicitante sean comprobables.
Posterior a ello, llamará a las partes a conciliación con la finalidad de conseguir el mejor de los acuerdos, para luego dictar sentencia, la cual es irrevocable y vinculante.
Por último, el juez establecerá un plazo mínimo legal de un año para que el arrendador o sus familiares ocupen la vivienda.
¿Qué sucede si el propietario o sus familiares no ocupan la vivienda una vez desalojada?
Una vez dictada la sentencia, el tribunal le dará un plazo de 1 año al propietario y su familia para ocupar la vivienda, de no hacerlo, el inquilino cuenta con dos opciones:
En primer lugar, tendrá un plazo de 30 días para solicitar volver a la vivienda con las mismas condiciones del contrato anterior y un nuevo periodo de 5 años. De igual manera, puede solicitar una indemnización por gastos de desalojo y reubicación.
En segundo lugar, puede solo solicitar una indemnización equivalente a 1 mes de renta por cada año de arrendamiento hasta un máximo de 5 años.
No obstante, el inquilino no podrá accionar estos dos supuestos si el propietario y/o sus familiares no pueden ocupar la vivienda en el plazo estipulado debido a casos de fuerza mayor.
¿Hay alternativas al proceso de desalojo de un inquilino por necesitar el piso?
Sí, desde el año 2013 la legislación indica que si el contrato establece que el propietario puede solicitar el inmueble por necesidad de vivienda y si cumple con el preaviso correspondiente, sin la necesidad de un juicio previo, el inquilino debe desalojar la propiedad.
Por otro lado, el propietario también puede intentar negociar con el inquilino para ofrecerle extensión del plazo de preaviso y así darle oportunidad de buscar otro sitio. De igual manera, puede ofrecer una indemnización que se ajuste a la necesidad del inquilino o buscarle una opción inmobiliaria como alternativa a la propiedad que desea recuperar.
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Conclusión
Aunque se puede echar a un inquilino por necesidad, como todo proceso legal, tiene sus matices. Es decir, no se puede rescindir el contrato de alquiler por necesidad del arrendador, salvo que se manifieste la urgencia de recuperar la vivienda para habitarla, y solo por eso, al menos para el caso que nos atañe.
No obstante, el arrendador debe siempre respetar el marco legal y demostrar con pruebas bien documentadas que esta necesidad de habitar la propiedad es genuina, bien por él o por algún familiar de primer grado de consanguinidad.
Eso sí, la legislación recomienda que el contrato sea claro y establezca la posibilidad de terminar el mismo en caso de necesitar el piso para vivir. Esto puede ahorrar mucho tiempo y dinero en futuros procesos legales.